Analizando el episodio piloto de Wayward Pines / Un pueblecito entre las montañas, bonito por fuera y oscuro por dentro

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Uno de los fracasos más sonados en la tv americana y del canal donde se emite, FOX, dadas las grandes expectativas que la cadena tenía puestas en esta nueva serie de cara al inicio de la época estival. Opiniones encontradas que tachan al episodio de lento y aburrido. Con emisión simultánea en muchos países del mundo, entre ellos España, de cuya emisión se encargó FOX España rigurosamente y sin un solo anuncio de publicidad, dejé grabando la serie para verla más tarde, cómodamente y sin prisas y tuve que enfrentarme a esa difícil situación de saber lo que opinaban los demás, pero una vez más evadirme de todas esas opiniones y aventurarme en el capítulo por mí mismo. Mi opinión no podía estar más alejada de todas las críticas recibidas, el episodio piloto de Wayward Pines es una pequeña joya del misterio que hay que ver.

Wayward Pines es un homenaje a una serie que finalmente regresará muy pronto de la mano de uno de sus creadores a las pantallas, Twin Peaks. Así lo detalla en la contraportada del libro, en que se basa, su propio autor Blake Crouch: «El 8 de abril de 1990, el canal ABC emitió el episodio piloto de la icónica serie «Twin Peaks», de Mark Frost y David Lynch. Yo tenía 12 años por aquel entonces y nunca olvidaré la sensación que se apoderó de mí al ver esta extravagante serie. Wayward Pines. El Paraíso está inspirado por la creación lynchiana de un pequeño pueblo en medio de la nada, bello por fuera, pero con un oscuro mundo oculto. Esta novela es la culminación de los esfuerzos realizados estos últimos 20 años por crear algo que me haga sentir del mismo modo en que esta serie lo hizo«. Un libro que llega tarde, aunque como se dice mejor tarde que nunca mientras la trilogía completa ya se puede leer en inglés, a nuestro país gracias a las editoriales Áncora y Delfín y que fue lanzado apenas medio mes antes del inicio de la serie y que tiene como portada uno de los carteles.

Quizá ni el autor sepa de la existencia de Alan Wake, pero la sensación que me queda viendo el episodio piloto, más que de la obra magna de Lynch, es la de la atmósfera de este videojuego de XBOX 360 que fue lanzado hace ya algunos años, que cuenta la historia de un escritor que tiene un accidente y de repente se encuentra en un pueblo del que no puede salir y en el que los misterios campan a sus anchas. También este primer episodio tiene muchas semejanzas con el de The Walking Dead cuando Rick se encuentra en el hospital.

En una etapa de la televisión en la que la gente acostumbra a unir el concepto de «acción» con «pasan cosas» en la pantalla, del tipo combates y explosiones, Wayward Pines retoma el género del suspense con gran maestría y desde el minuto uno hasta el final mantiene nuestra mente despierta conduciéndonos por varios caminos, con tanto arte que incluso dentro de este primer episodio ya nos hacen desdecirnos y pensar cosas distintas sobre distintos hechos a medida que transcurre la historia.

Imagina un pequeño pueblecito idílico en un valle entre las montañas, despertar allí rodeado de gente que parece tan maravillosa que no puede ser real y que de tanta perfección tienen un punto siniestro que roza lo sobrenatural. Imagina que ese pueblo es como una especie de escenario donde la gente te hace pensar lo que ellos quieren que pienses, donde juegan con tu mente y te hacen creer que puedes estar loco, donde incluso aquellos a los que fuiste a buscar no te conocen ya, donde tus llamadas no llegan a ninguna parte y donde parece haber transcurrido más de una década atrás en el tiempo. Ese es el genial planteamiento de Wayward Pines con la ambientación musical a cargo de Dave Porter, que ya procuró la banda sonora de Breaking Bad.

Dentro de la trama hay personajes que ya destacan con su sola presencia, mención especial para la enfermera que borda su papel de encantadora malvada y consigue ponerme de los nervios, el del misterioso doctor que parece tener más relevancia de la que pinta en un principio y sorprende ver al protagonista de Empire vistiendo el uniforme de sheriff y una vez más clavando su papel, el de un personaje despreocupado, un ser envuelto en una calma y tranquilidad que asustan, al que todo le da igual, como si supiese a ciencia cierta todo lo que ocurre entre los límites de su poblado.

Quizá no era necesario casi al final del piloto mostrar todas las cartas boca arriba con ese plano que te deja sin respiración, pero confío en que si así lo han querido hacer sea porque el misterio es aún mayor de lo que parece. En Wayward Pines sí pasan cosas y si te dejas envolver por su halo de intriga, a buen seguro te enganchará para disfrutar del siguiente episodio. Por qué no hay grillos, quién es la misteriosa mujer del bar, por qué están espiando, cuál es el sentido de hacerte creer cosas que no son y de que has vuelto atrás en el tiempo. Un pueblo lleno de preguntas sin respuesta y que parece una isla perdida, alejada del mundo real. Bienvenido a Wayward Pines, un lugar del que no querrás marcharte nunca.

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