Hace prácticamente casi un año que se estrenaba en abierto en estreno mundial en SYFY la peli del tiburón pinchado en un palo, de la que podeís leer aquí la review que hice y que consiguió llevarse una fenomenal nota de 10 por sus altos valores en argumento, efectos especiales… una maravilla digna del séptimo arte, vamos. El pasado jueves 31 de julio, aunque ya hubo un primer pase la madrugada anterior, se repetía el estreno simultáneo mundial de la segunda entrega, «Sharknado 2» que en España pasó completamente desapercibida a pesar de emitirse en prime time, pero en USA logró casi triplicar al estreno de la original.
La primera me dejó desconcertado, la vi más que nada por tanto bombo que se le había dado en las redes sociales. Con ella no sabía si llorar o reir y en realidad no hice ninguna de las dos cosas. Observaba cada escena mientras mi mente no paraba de detectar fallos de racor bien gordos, efectos especiales que parecían hechos por niños pequeños y situaciones tan inverosímiles que si me hubiera grabado, mi expresión hubiera sido como la que tengo cuando algo huele mal.
EL VIAJE EN AVIÓN
Con esta segunda entrega al menos sí puedo decir que me he reído, lo cual es un paso adelante para cuando el año que viene llegue la tercera parte. La acción comienza en un avión rumbo a Nueva York con los dos protagonistas y como no podía ser de otra forma, son asaltados por un pequeño tornado de tiburones más listos que nunca. Alguno incluso tienen superglue en la barriga para quedarse pegados en el ala del avión, otros parecen tener hasta ideas religionas extremistas y sacrifican su vida metiéndose en el motor y explotando y otros se dan aires de superhéroes, porque son capaces de ir directos hacia su presa dentro del avión aún sin poder ver dónde van a caer. Vamos, que atraviesan el avión ya con la boca abierta para mordisquear y no fallan una.
Por favor, una mención especial para la boba de la protagonista, la tia se merece un oscar por su interpretación cuando casi sale despedida por la puerta, agarra una pistola, empieza a disparar a un tiburón que le arranca la mano de cuajo y después en el hospital la chavala tiene los santos cojones de decir que el tiburón se la quedó mirando como si la conociese. Sí hija, sí. Mente enferma la del guionista que preparó este excepcional pensamiento que ni Sócrates.
LAS CALLES DE NUEVA YORK
Lo que queda claro tras ver la película es que Nueva York no es la gran ciudad que nos quieren hacer creer, en realidad es un pueblucho de mala muerte donde al final terminas cruzándote con las mismas personas. Por si viajais, que sepais que sólo hay un taxi y que da igual la de kilómetros que recorrais a toda hostia en metro, que cuando salgais por la boca del mismo, allí estará el mismo taxi que os recogió. Acojonante.
Y los que pensaban que la Estatua de la Libertad estaba ahí colocada por alienígenas, qué razón tenían. No sólo la puta cabeza es capaz de recorrer en un segundo una distancia increíble y dar en la diana, sino que además tiene vida propia, echando a rodar por las calles desoladas de la ciudad como un coche, en las que sólo hay un grupo de chicas huyendo de ella. Que vayas a Nueva York y que sea la cabeza de la Estatua de la Libertad la que te persiga para matarte tiene narices.
EL EDIFICIO
No sólo hay acción en la peli, donde podremos descubrir que el estadio de Beisbol es un buen lugar para batear escualos, sino que también hay tiempo para el amor. Impresionante la capacidad deductiva de la rubia cuando ve a la ex morena del prota. O eso o es que es muy celosa hasta punto extremo, porque es verla por primera vez y ya es capaz de deducir que a su novio le gusta. Qué tia, esta debería haber protagonizado El Sexto Sentido.
El edificio Chrysler se convierte en el escenario final donde vuelve a darse esa situación de «what the fuck» que dirían en USA. Y es que al igual que Nueva York es un pueblo donde todos se conocen, el edificio no es tan alto, en realidad es un chalet duplex donde los protas se piden matrimonio recuperando el anillo que, misteriosamente, entre tanto tiburón, no solo cae el que se tragó la mano encima de ellos hora y media después, sino que el protagonista sabe que lo tiene dentro de la boca cuando nunca vió a ese tiburón antes. Un chalet tan recogidito que la gente desde abajo puede ver la escena y terminar aplaudiendo. Vistas de águila tienen todos.
NIÑOS, MIRAD HACIA ARRIBA
Definitivamente «Sharknado 2» supera a su antecesora. Sí se aleja un poco más del rollo peli juvenil para dar cabida a otras situaciones y los guionistas vuelven a cometer fallos a posta para crear un nuevo tipo de humor casi recordando el de las pelis de «Aterriza como puedas», un humor basado en lo absurdo, de estas risas que no son provocadas por unas palabras, sino que terminan saliendo solas viendo una situación o un fallo que te desorienta por completo. Aún hoy no tengo muy claro por qué, tanto con la primera como con la segunda parte, estaba deseando ver la premiere con tantas ganas, pero creo que poco a poco voy viendo la luz al final del tunel para saber el motivo. Quizá con la tercera parte me quede claro del todo… o no.
Niños, mirad al cielo, un tiburón con la boca abierta!
https://www.youtube.com/watch?v=iECvWfs5ncA