Nada me aburre más que una serie procedimental. Respeto a esos millones de personas que se congregan cada noche, audiencias milonarias en USA (aquí en España ya la gente se ha cansado de todo y sólo vivimos de series de época nacionales hasta en la sopa) que se sientan en el sofá cómodamente para pegar una cabezada sin tener que pensar, pero a mí lo que me mola es darle vueltas a la cabeza. Sólo existe una serie procedimental en toda la historia que ha conseguido engancharme por sorpresa para mi asombro, nunca imaginé que desde el primer episodio la iba a seguir con tantas ganas y se llama «Hawaii 5.0», por el carisma de sus dos protagonistas (empapélalo Dano) y porque de trasfondo tiene una trama muy interesante.
LA MISMA MECÁNICA TRILLADA DE SIEMPRE
Estoy harto de comenzar a ver pilotos y comprobar que todas las series tienen la misma dinámica, mismo perro con diferente collar. Si ya terminé harto después de 11 episodios (no aguanté más) de «House» con la historieta de enfermo llega a hospital, nadie sabe qué le ocurre, van a su casa y a su entorno a investigar, descubren lo que es y tema zanjado, otras series han seguido el mismo camino enfocado desde el punto de vista criminal tipo CSI: se produce crimen, asesinato o suicidio que no lo es, se encuentra al que parece ser el culpable, que resulta que está relacionado con el verdadero asesino y en realidad es otra víctima más, dando tumbos de persona en persona equivocada hasta que resulta que el menos probable y el que no imaginábamos se convierte por sorpresa en el más malo con una explicación razonable.
Ya hablaré de «The Listener», una serie brillante en su primera temporada que terminó prostituyéndose como procedimental, dando un giro de ciento ochenta grados radical para seguir esta patrón. Todas van buscando lo fácil, esa audiencia millonaria que les respalde aunque el guión sea más de lo mismo, dando de comer a las mentes de digestión fácil. Intelligence es más de lo mismo. Da igual cómo se plantee, con situaciones deductivas de un protagonista normal con una mente privilegiada, Toby Logan capaz de leer las mentes y ahora Sawyer Gabriel convertido en un ser cibernético, cuya variación genética única le permite tener un chip implantado capaz de ver historiales de la gente o trasladarse a un mundo virtual que manejar a su antojo. De hecho es precisamente en estos momentos de logrados efectos especiales cuando uno flipa, lo único realmente interesante.
UNA PEQUEÑA LUZ DE ESPERANZA
Ni siquiera entraré en detalles sobre el argumento en sí de la serie, la cual seguiré viendo hasta que definitivamente no me aporte nada, que tiene tan poco peso que es normal la decepción de la audiencia (en tan solo unas horas en su segundo episodio perdió más de 10 millones de espectadores), basado simplemente en un grupo con conexiones por todo el mundo que trata de hacerse con los secretos del chip para implantarlo en un sujeto. Independientemente de las chorradas poco innovadoras de situaciones que se cierran en cada episodio, lo único emocinante es el pequeño y poco explotado elemento columna vertebral de la serie, que se deja ver en ese último plano del episodio piloto, ahí puede residir una antagonista y algo bueno si se sabe explotar bien.
Lo que sí merece un reconocimiento es la trama de la búsqueda de la mujer de Gabriel, que gana peso sobre todo en el final del segundo capítulo, cuando parece que se «cierra» de alguna forma, pero con un magistral momentazo final de esos que te hacen decir «qué hija puta» cuando se desvela un pequeño secreto relacionado con ella y que aporta una pequeña luz de esperanza a la serie.
Aparte de esto, las chicas estarán encantadas de ver a Josh Holloway en su faceta de seductor cabronazo que no ha variado ni un ápice. En un par de episodios ya se le puede ver de cintura para arriba desnudo enseñando el duro trabajo de entrenamiento en el gimnasio. No hace falta ser un lumbreras para adivinar lo que sucederá entre los dos protagonistas de la serie a más no tardar.
REENCUENTRO LOSTIE
Si alguien no está interesado en ver la serie, sí le recomendaría al menos echar un visionado a parte del piloto, sobre todo si fue un fan de «Perdidos», ya que ningún lostie puede perderse el reencuentro de dos de sus personajes después de la isla, sería imperdonable. En este sentido, todas las series son muy respetuosas con la serie de las series por excelencia y tratan el momento con gran expectación y se nota. Quién nos iba a decir que Sawyer y la hija de la mujer francesa, Alex Rousseau, terminarían compartiendo aventuras. Es tal la genialidad que «Lost» dejó como legado que ahora me permito la licencia de imaginar a sus protagonistas allá donde vayan, como si estuvieran en vidas paralelas todavía en el purgatorio o limbo, viviendo otra serie de aventuras.