Parece que fue ayer cuando nos despedimos de la primera mitad de la temporada 7 de The Walking Dead con un episodio que nos puso el alma en vilo, sabiendo que cualquiera podría ser el siguiente, y en cuestión de unos días, el próximo 12 de febrero, la temporada continuará con una segunda mitad en la que el grupo de protagonistas promete volver a ser quienes eran y arrancarse de una vez por todas el invisible yugo de Lucille.
14 han sido las enigmáticas fotografías que se han publicado como parte de la promoción del regreso, enigmáticas e icónicas. Frutos perecederos como los melones e imperecederos como los cacahuetes, poniendo en una balanza la muerte y la vida, los melones reflejando la vida y su corta existencia y los cacahuetes la muerte en vida, vivos y caminantes. Nueces podridas y un martillo, una metáfora de los vivos matando a los caminantes.
Objetos cotidianos como una bicileta, un cubo o una lámapara, pequeños apaños para salir adelante en un mundo en el que lo que prima es sobrevivir. Mecanismos de defensa para poder hacerlo y luchar contra otros vivos que quieren robar los recursos. Las sombras de los vivos luchando, los muertos caminando sin rumbo fijo porque ya no tienen por qué luchar. La huella de una mano ensangrentada. Juguetes olvidados. Un cadáver y una tumba.
The Walking Dead es también esto y lo hemos visto en muchos de sus episodios, convertidos en auténticas joyas visuales que narran con imágenes lo que no debe mencionarse con palabras, para no perder la magia.