Debo ser una de esas pocas personas a las que los episodios side off, estilo spin off, alejados de la historia principal o como cada uno le dé en llamarse, le encantan. Sé que muchos odian aquel episodio 3×14 de «Perdidos» titulado «Exposé» con Nikki y Paulo, pero a mí me pareció sublime, una espcie de recorrido, aunque un poco forzado, bastante interesante por dos personajes del grupo poco conocidos, entremezclando sus historias con los principales y con un final que redondeó una experiencia alucinante que a día de hoy me parece uno de los mejores episodios.
FLASHBACK ANDANTE
The Walking Dead hace lo propio con otra maravilla de episodio, aunque este, a diferencia de otros, sí le da continuidad y es necesario para comprender al personaje y lo que ocurrirá después. «Cebo vivo» es otra de esas maravillas que te hacen descansar un poquito de tanto líder y de la acción para entretenerse un poco más en ahondar dentro de un solo personaje, dejando una sensación como esa que nos dejaba cada episodio de «Perdidos» en su primera temporada mediante los flashback.
El Gobernador es ese cebo vivo andante, harapiento, hambriento, ensangrentado, tanto que pasa casi desapercibido entre los caminantes y con la marca de Michonne eterna en su cara. En apenas un par de minutos nos muestran su vida y andanzas desde que le dejamos en la temporada anterior, practicando el mal, perdido, prendiendo fuego al pasado. Cuando parece que su vida está a punto de ver el fin, el destino le lleva a una casa donde viven una madre con sus dos hijas y el abuelo con un problema pulmonar.
¿AMIGO O ENEMIGO?
El episodio es una bonita lucha entre el espectador y el propio personaje de El Gobernador. Sabemos cuál es su pasado y lo que ha hecho, pero también sabemos lo que ha sufrido y esperamos que en cualquier momento se le vaya la cabeza y acabe con todo una vez más, pero por otro lado esperamos que no sea así y que muestre un poco de humanidad. Para él es la misma lucha, lo que hace de este episodio una gran historia donde cada minuto cuenta, en la que no se sabe a ciencia cierta cuál será el siguiente movimiento. No desvelaré nada, pero al final de alguna forma, El Gobernador encuentra la redención, al menos parte de ella.
Una de las cosas más interesantes de este episodio, obviamente aparte de adentrarse en la mente de El Gobernador, es el diálogo entre los personajes y la capacidad de hacernos sentir adelantados a ellos en cuestión de sabiduría zombie. Por ejemplo llega una parte en que escuchamos decir al abuelo que la hija mayor dispara a los caminantes que hay en la planta de arriba, pero vuelven a la vida una y otra vez. No hace falta que nadie diga nada más, aunque El Gobernador les advierte en cierto momento, para darse cuenta de que la chica no sabe que debe apuntar a la cabeza para matarlos. De la misma forma, no saben que todos están infectados y que cuando mueren se transforman. Llama la atención la indiferencia de El Gobernador en este aspecto, sin avisarles, pero es agradable ver que cuando tiene que actuar, lo hace sin contemplaciones.
¿Lo hace con alguna doble intención? ¿Está tratando de compensar tanto mal que ha dejado a su paso en la vida? Sus intenciones siguen siendo un misterio. Mientras elige, nos quedamos con su imagen parado frente a la prisión. ¿Eres amigo o eres otro enemigo?
