Si eres de los que, como yo, te quedaste enganchado a Jessica Jones y después te pusiste a ver Daredevil, seguramente experimentaste un considerable bajón de calidad en cuanto a guiones y las emociones que transmitía la serie. Ni frío ni calor. Episodio tras episodio, a excepción del primero, que como casi todas las series que se inician de superhéroes, cuenta con el respaldo de una historia por contar acerca de su nacimiento y cuándo y cómo adquirió los poderes, era como si realmente no sucediese nada.
La cocina del infierno llegó a atragantárseme hasta el punto de que veía los episodios más por inercia que por otra cosa, episodios que se hacían eternos (algunos cercanos a la hora) y demasiados para una primera temporada que apenas tenía nada que contar.
La segunda temporada por suerte es otra historia, pero no por méritos propios. De hecho esta segunda tanda bien podría haber sido la primera de The Punisher con Daredevil como invitado insustancial que pasa sin pena ni gloria por ella. Hay episodios en los apenas aparece el protagonista, relevado a un segundo plano debido a su escasa importancia, en un argumento que se multiplica por mil sin su presencia.
El éxito de esta segunda temporada de Daredevil se debe sin lugar a dudas a la inestimable aparición de Frank Castle, que además hace ganar protagonismo a una Karen Page desaprovechada y limitada a una historia romántica casi forzada que por suerte se rompe con celeridad.
Cada aparición del castigador te sumerge en una historia de acción y desenfreno que torna a la serie en otra totalmente distinta. Mientras que al pasado de Daredevil se le resta una importancia que debería tener mayor peso, conocemos mejor al castigador en unos pocos episodios que a Daredevil en dos temporadas completas. Su pasado, su vehemencia, su locura, el por qué de sus acciones aunque a veces se le vaya la pinza.
La segunda temporada, a excepción de algunos episodios en los que es Electra quien salva los muebles con bastante soltura, gira en torno a The Punisher por completo y es lo que la hace tan interesante. Sin duda un gran reclamo para su serie dedicada que ya está disponible en Netflix con su primera temporada completa de 13 episodios.
Ahora la duda está en si Daredevil será capaz de sobrevivir en su tercer acto a solas o si tendrá que apoyarse en otros personajes del unviverso Marvel para salir adelante y así mantener el listón de la serie en lo más alto.
